Armando Vieira 1955 Foto Analógica |
COMENSAL
Alberto Rubio
Arrimado a
la esquina de la mesa,
y al
cristalino son de mi cubierto,quisiera seguir siendo el mismo Alberto
Rubio enconado con su eterna presa.
¡Qué dorada
la carne me embelesa
volviéndome
de sueño! ¿Estoy despierto?Pero en mi silla permanezco cierto,
varón real que de comer no cesa.
Fluyó la
vida en mí causando agravios
y en amigos
antiguos y lealesque me dan la verdad no por ser sabios,
sino por
sus arrugas y señales
de que el
tiempo no pasa por sus labiossin comerse a los propios comensales.
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